Ovaciones y pitos demenciales
Con valor y decisión para aplicarles la lidia que precisaban los toros, a saber: machetear, torear con las rodillas de pitón a pitón. Aguilar, incluso, en el tercero, consiguió dos tandas por el derecho con empaque. Muy por encima de sus lotes ambos.
Los tres toreros, Uceda, Ferrera y Aguilar, salieron juntos de la plaza, al mismo tiempo, recogiendo la bronca que les dedicaron con la satisfacción del deber cumplido.
Manolo Rubio sufrió una cogida dramática cuando intentaba apuntillar al quinto toro de la tarde. Le zarandeó, destrozándole la rodilla y soltando cornadas que, afortunadamente, no provocaron la tragedia. Su torero, Antonio Ferrera, agarró la puntilla para atronar al de Victorino en otro gesto de Tauromaquia antigua (finalmente lo hizo el puntillero de la plaza), la que precisaban, ni más ni menos, los toros de ayer. Hubo gente que lo afeó. Quedaban más despropósitos por ver...
Sus toros sembraron el terror en el ruedo. Corrida dura, complicada y nada agradecida. Tuvieron casta geniuda. Nada de bravura. Ni un solo atisbo de toro bravo. Hay quien disfrutó con este tipo de toro. No puedo estar de acuerdo mas resulta respetable, aunque difícil de entender, si se pone en valor lo que hicieron ayer los tres toreros. En caso contrario resulta demencial.
No fue uno ni dos, desgraciadamente. Un sector del público que afeó a Ferrera y Aguilar la lidia por abajo y doblándose con los toros. ¡Pretenderían tandas de seis naturales y el de pecho!... Ovacionaron a los toros en el arrastre sabe Dios por qué y abroncaron a la terna en la salida de la plaza. El mundo al revés, el atrevimiento que da la ignorancia y el ser tonto sin saberlo. Duro y malo. Como la corrida de Victorino.
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