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EDITORIAL (programa LA DIVISA del 13 de julio 2020)

PEDRO J. CÁCERES

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No recuerdo quien fue el ingenioso autor, creo que Felipe Garrigues, en su faceta de ganadero.

Y, no es que sean los malos de la película, es que , parece, “les pone” serlo y se afanan bajo la coartada de defender la pureza de la Fiesta y a los aficionados, dicen.

El debate sobre la utilidad de los veterinarios en los festejos es antiguo, es una de esas servidumbres ininteligibles que maniata la libertad y responsabilidad de los actores del festejo, salvo la acreditación de la sanidad de los animales y su edad y peso reglamentario.  Todo lo demás es una licencia, que les da el Reglamento, para -con carácter subjetivo- hacer de su capa un sayo y asumir un protagonismo…y algo más.

Francia, de la que tanto tenemos que aprender, nos da una lección más sobre cual es el papel de los veterinarios en los festejos taurinos.

Por otro lado, con esta anormalidad, se ha abierto otro debate sobre la condición de funcionario público de estos facultativos y que por lo tanto, en tiempo de crisis (económica), deberían estar sufragados- sus honorarios- por la administración a la que pertenecen puesto que es una imposición de ésta.

Pero han rizado el rizo los responsables de Toledo al poner palitos en la rueda de los tentaderos clasificatorios para el Alfarero de Plata en el muy taurino pueblo de Villaseca de la Sagra no autorizando la “guía” para el traslado de las becerras desde sus dehesas a la plaza toledana.

Esta era la VI edición, y - ¡oh! Sorpresa- el Ayuntamiento procedía como en  las anteriores, pero en el último minuto no se que coño se han sacado de la manga para cambiar las reglas en mitad del partido.

Puede ser que quisieran “coger cacho” -como en novilladas y corridas- o acción de “vendetta” por aquello que, desde el Foro de las Novilladas - cuya presidencia ostenta Villaseca- se viene demandando lo antes expuesto: que sean de oficio y por cuenta de quien les manda.

Todo muy turbio y sucio en momentos delicados y que en la entrevista adjunta explica, sin pelos en la lengua, Jesús Hijosa, alcalde de Villaseca, que lo resume muy gráficamente: “Si la rueda no se engrasa…chirría”. VETArinarios