​Coronavirus o ¿hipocondría?

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PJC.N

EDITORIAL (PROGRAMA "LA DIVISA" DEL 2 DE MARZO 2020)

PEDRO J. CÁCERES



Coronavirus o ¿hipocondría?


El coronavirus está haciendo estragos obsesivos que están propiciando, más que un problema sanitario, que lo es, y puede que grave, un conflicto social y sobre todo económico.

Las medidas tomadas en torno a suspender eventos muy importantes desde el punto de vista industrial, comercial, cultural, deportivo, festivo etc. son un ad hoc de incalculable repercusión negativa en lo financiero. Como ejemplo, aquí en España, la suspensión del Mobile que tantos damnificados, de todos los sectores,  ha dejado en la cuneta.


En España, de momento, no se están tomando medidas en contra de concentraciones de masas tan drásticas y lesivas por ser inapropiadas según los casos producidos y su nula incidencia en mortalidad, o en sus casos aislados, infinitamente menor que una gripe normal.

La diferencia es que el virus de la gripe está contrastado y sus vacunas listas mientras el coronavirus es “nuevo en esta plaza” sin conocerse su incidencia en grupos de riesgo y deficiencias patológicas que se ignoran de todas las muertes que se han producido, principalmente en el foco del mismo, en China donde la información veraz y transparencia brillan por su ausencia.


Todo sin tener en cuenta que las escandalosas cifras de incidencia que se dan se  minimizan cundo se habla de porcentajes sobre la población universal, y mas si nos ceñimos a la relación población-mortalidad allí en China y vecinos.

Los agoreros y muchos antis de la tauromaquia malintencionados y falaces se hacen los dedos huéspedes sobre la supresión de ferias taurinas tan importantes como Fallas, Magdalena (incluso Olivenza) por centrarnos en las inmediatas.

Algo altamente improbable teniendo en cuenta que estas ferias no son solo una serie de festejos de dos horas y media de derechazos y naturales sino que se desenvuelven dentro de un contexto mucho más potente y con enorme incidencia en el PIB de Valencia, Castellón, Olivenza, etc.


Por lo que las autoridades sanitarias y políticas de diferentes ámbitos (nacional, regional y local) se tentarán mucho la ropa antes de proceder con medidas traumáticas. Siempre y cuando la incidencia del coronavirus no vaya más allá que seguir detectando casos sintomáticos y asintomáticos sin más relieve que el seguimiento, y en su caso aislamiento, de estos potenciales  afectados y el núcleo de contagio previsible.


Por lo tanto, tranquilidad. Tampoco se prevé que los tendidos de los cosos mencionados se pueblen de mascarillas, que es, según la autoridad sanitaria, y en general, más un attrezzo próximo a la extravagancia y producto del verdadero virus colateral : la hipocondría*.



*Trastorno mental que se caracteriza por una preocupación constante y obsesiva por la propia salud y por una tendencia a exagerar los sufrimientos, que pueden ser reales o imaginarios.


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