Tarde de avisos y una sola ovación a Maxin Solera en la décima novillada de la Plaza México

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Alejandro Escárcega


En la décima Novillada de la Temporada 2019 de la Monumental Plaza de Toros México, la empresa TauroPlaza México anunció al marsellés Maxime Solera, al capitalino José María Mendoza y al jalisciense Ramón Jiménez, con seis novillos de la ganadería Fernando Lomelí, propiedad de Don Fernando Lomelí García.


Abrió el festejo el marsellés Maxime Solera (coral y plata) con «Valente», número 18,zaino y cornidelantero tocado del derecho con 442 kilogramos y nacencia en febrero de 2016, verónicas con el percal y tumbo al varilarguero Omar Morales. Le brindó al cónclave capitalino para doblarse con el burel y ser desarmado al primer derechazo, dos series de naturales molestado por el fuerte viento que no dejó de soplar durante toda la tarde, intentó muletearlo pero no le pudo; se tiro a matar con la izquierda para dejar dos pinchazos y una estocada con un aviso, que le enviaron el Juez de Plaza Don Enrique Braun y su Asesor Don Miguel Ángel Arroyo, para escuchar división con un aviso.


El cuarto fue «Glison», número 16, negro bragado meano axiblanco y cornidelantero con 439 kilogramos y nacencia en febrero de 2016, verónicas sin mandar. Le brindó al monosabio Porfirio Sánchez que esta Temporada se retirará de los ruedos. Con la pañosa muleteó por alto y derechazos aguantando, una serie de naturales, volvió a la diestra; con el acero, un pinchazo y un bajonazo para escuchar conventual silencio con un aviso.


El capitalino José María Mendoza (fucsia y oro) con «Mariano», número 15, negro bragado meano axiblanco y cornidelantero con 430 kilogramos y nacencia en febrero de 2016, veroniqueó con una pierna flexionada rematando con una luminosa revolera; llevó al caballo por chicuelinas andantes. Brindó a todos, para muletearlo caminándole hacia la boca de riego, rematándolo con un trincherazo, trasteo molestado por el viento finiquitado de un par de pinchazos y estocada para escuchar silencio con un aviso.


El quinto fue «Tío Hugo», número 646, zaino y capacho con 437 kilogramos y nacencia en enero de 2016, al que recibió con verónicas y chicuelinas entreveradas; quitó por tafalleras siendo cogido llevándose una palíza de órdago, siendo atendido en el callejón. Sin casaquilla volvió al ruedo para el tercer tercio, brindando a todos para hacer una faena tesonera pero visiblemente disminuido físicamente, no lo pudo matar escuchando los tres avisos.


El jalisciense Ramón Jiménez (catafalco y azabache) con «Mi Cuate», número 95, negro bragado y corniapretado con 433 kilogramos y nacencia en noviembre de 2015, salió a por todas, una larga cambiada de hinojos en tablas y quitó por ajustadas gaoneras poniendo de pie al tendido. Banderilló descalzándose y al salir del primer par, corrió siendo alcanzado por el astado; sin verse la ropa, puso un par al relance, cortó las banderillas intentando ponerlas de rodillas fallando en un par de ocasiones. Brindó a todos, para ejecutar un péndulo en los medios y dos series de derechazos en el mismo sitio, en la contraquerencia lo muleteó con la siniestra, otro derechazo siendo nuevamente prendido haciéndole Mendoza un quite a cuerpo limpio, con la toledana perdió totalmente la brújula escuchando los tres avisos.


Sin perder el ánimo, cerró el festejo con «Tío Sergio», número 98, zaino y cornidelantero con 448 kilogramos y nacencia en diciembre de 2015, al que recibió con una larga cambiada de hinojos a porta gayola perdiendo el percal, se fue a tablas y le instrumentó otra, ahora si limpiamente. Banderilleó lucidamente siendo aplaudido y con la pañosa otro tesonero trasteo, finiquitado de una media estocada, para escuchar las postreras palmas con un entreverado aviso.

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