El sexto fue un novillo con seriedad y exigente, que tenía bravura pero muchas teclas que tocar. Alejandro Mora lo saludó a la verónica de rodillas de forma muy torera, rematando con una media y poniéndolo en suerte al caballo, yendo con fuerza. Por chicuelinas fue el quite.. Muleta en mano, y tras brindar al respetable, se enfrentó a un enemigo difícil. Sello propio demostró en sus muletazos, y en un momento le propinó una cornada en la parte interna del muslo izquierdo, siendo llevado de inmediato a la enfermería. Juanito pasaportó al animal.
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