Ginés Marín sella una obra templada en el adiós de Logroño de Padilla

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EMILIO MÉNDEZ

Se despedía Juan José Padilla del coso de La Ribera de Logroño en la tarde de este miércoles, 19 de septiembre. Antonio Ferrera y Ginés Marín le acompañaban en un cartel que remataban los toros de Zalduendo.


Con dos largas cambiadas de rodillas saludó al primero de Zalduendo Juan José Padilla, conectando de inmediato con el tendido. Fiesta dio en banderillas, poniendo el tercer par al violín. Al público fue el brindis antes de una faena marca de la casa, llegando al tendido, para matar de una buena estocada y dar la vuelta al ruedo.

El segundo fue un toro basto, serio, al que le dejó algunos capotazos de tanteo sin que se definiese el animal. Empujó fuerte en el caballo. Ferrera, de forma inteligente, se dobló con él, dejando una faena de mucho oficio, tomando bien la distancia y las alturas, cuajando muletazos muy templados y buenos por ambos lados. Al final, dejó una estocada trasera. Ovación.


Noble fue el tercero para Ginés Marín, al que le dejó verónicas de buen gusto rematadas con una media. Se empleó bien en el caballo el animal, cuajando el extremeño una faena de menos a más. Por el lado derecho dejó los momentos más largos del trasteo, siendo alguno templado también a zurdas. Culminó labor por manoletinas, teniendo que recurrir al descabello en varias ocasiones, lo que hizo que todo terminase en silencio.


El cuarto, segundo de Padilla, fue un animal noble y con calidad, al que le cuajó algunos buenos capotazos el jerezano. No puso banderillas, dejando a su cuadrilla que lo hiciera, para brindar a los empresarios, miembros de la casa Chopera. Dejó una faena de corazón, apasionada, llena de entrega y haciendo gala de su concepto, conectando mucho con el tendido. A diestras se pudo gustar más que a zurdas, dejando buenos pases de pecho de final de tanda. Manoletinas finales, estocada y oreja.


Palmas tras aviso escuchó Ferrera con el quinto, un animal con calidad pero escaso de fuerza. Dejó detalles capote en mano, y tras las banderillas y el caballo, el toro mostró esa condición. Lo entendió bien a pesar de todo el extremeño, que dejó muletazos aislados terminando su labor a media altura. Con temple y delicadeza anduvo para que el toro no perdiese las manos. Muletazos aislados, pero falló desafortunadamente con el acero. Tuvo que utilizar el descabello y recibió palmas.


El sexto fue un gran toro de Zalduendo, al que Marín saludó a la verónica, varias chicuelinas y un farol de pie. El animal tuvo buenas condiciones en el caballo y en banderillas. El extremeño brindó a Padilla su labor, iniciando sin dejarse ganar la pelea de rodillas su faena en tablas. Luego se fue a los medios, dejando momentos de clase, empaque y solera en dos buenas primeras tandas. Otras dos siguieron en una parte clave de mucho temple y buen gusto del torero. Conectó con el tendido riojano, ya que las tandas fueron ligadas. Bernadinas de cierre muy ajustadas y dejó ir el triunfo grande tras fallar con el acero. Palmas al toro en el arrastre y fortísima ovación para Marín al finalizar su labor.


FICHA DEL FESTEJO

Plaza de toros de Logroño "La Ribera". Segunda de la feria de San Mateo. Corrida de toros. Media entrada.

Toros de Zalduendo.

Juan José Padilla, vuelta al ruedo y oreja.

Antonio Ferrera, ovación y palmas tras aviso.

Ginés Marín, silencio y ovación.

INCIDENCIAS: Tras el paseíllo, a Padilla se le entregó un reconocimiento por parte de la Casa Chopera con motivo de sus 103 paseíllos contratados por la empresa.

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