El Gallo se hace matador y Adame deja la mejor faena en Cuenca

JAVIER FERNÁNDEZ-CABALLERO

Con el encierro de Cebada Gago arrancaba la Feria de San Julián de Cuenca en la tarde de este sábado, 18 de agosto. Aitor Darío “El Gallo” tomaba la alternativa de manos de Joselito Adame y en presencia de Pepe Moral.

Bien hecho, con sus dos puntas astifinas y con las carnes apretadas era el primero de la corrida, toro de la alternativa de El Gallo. No se lo puso fácil los de plata en banderillas un animal que debió tomar otro puyazo. Emotiva fue la ceremonia de alternativa y el posterior brindis a su abuelo del toricantano. Toro con un peligro evidente desde el inicio de faena, animal para tragar saliva y con el que El Gallo lo intentó por ambos lados en un trasteo largo y en el que la conexión faltó el la primera parte del acto. Lo mejor llegó, ya con la música sonando, en un macheteo muy torero. Un espadazo de ley le propinó una oreja.

Alto y largo era el segundo, que ya avisó a José Chacón queriendo hacer por él mientras lo tocaba en el burladero. No pudo lucirse Joselito Adame de capote frente a un astado que quería saltar el olivo en todo momento. Tras la ceremonia de alternativa, vio pronto José que el pitón era el derecho y fue por ahí por donde propuso el toreo a diestras, consiguió el embroque relajado y conectó con los finales de serie. Fue esa la virtud de un torero frente a un Cebada que no se dejó a zurdas a pesar de la voluntad por ese lado del hidrocálido, que bien pudo probar el hule en un remate de tanda en el que el astado quiso aprenderlo. Manoletinas con el compás abierto para rematar labor y doble premio que tenía asegurado. Sin embargo, cuatro pinchazos previos a la estocada y el descabellos arruinaron su triunfo.

Bonito de estampa era un segundo al que propuso a la verónica Pepe Moral logrando tres de bello calado. El aire lastró una faena en la que el sevillano vio pronto el pitón izquierdo de un animal que mantuvo la sosería durante los diez minutos de labor. Eso, sumado a la influencia meteorológica, hizo que la media docena de bellos compases por la izquierda del torero palaciego no valieran para que el cómputo final fuese de premio. A la tercera enterró el acero Moral. Silencio.

Como un obús salió de toriles el bello cuarto, un animal burraco de inconfundible estampa de Cebada Gago. Joselito Adame le planteó el toreo a la verónica para dejar tres de ellas de bella estampa. Ya en el quite por chicuelinas el astado evidenció ser tardo y de nuevo echar las manos por delante. Breve fue la faena de un torero que se enfrentó a un oponente muy complicado, siempre a la defensiva, con peligro sordo y duro en su comportamiento. A la primera mató antes de ser silenciado.

Más bajo el quinto, le sopló Moral tres verónicas y otras tantas chicuelinas que llegaron arriba. Pero poco duró la alegría con un animal que ya evidenció su mansedumbre antes de entrar al caballo. Tras la vara en la que empujó, directo se fue a toriles de nuevo, lo que aprovechó Moral para pegarle chicuelinas al paso. Nada tenía en las entrañas más que mansedumbre y caras altas un animal que en faena Moral pudo dejar su sello al natural a pesar de que era el pitón con menos opciones del burraco. A diestras firmó pasajes destacables antes de despachar de estocada a su oponente. Silencio.

Rápido como un rayo cruzó el ruedo el sexto de la corrida, animal al que El Gallo puso voluntad con el capote. Uno y fuerte fue el puyazo que se llevó el burraco, que anduvo como pollo sin cabeza por el ruedo conquense hasta que se paró. Noble el animal en manos de El Gallo, el toricantano suprimió a este segundo de su lote en dos tandas pero en la tercera ya no tenía oponente. La mala espada con hasta cinco pinchazos le quitaron un posible premio.

FICHA DEL FESTEJO

Plaza de toros de Cuenca. Primera de la Feria de San Julián. Corrida de toros.

Toros de Cebada Gago.

Joselito Adame, silencio y silencio.

Pepe Moral, silencio y silencio tras aviso.

Aitor Darío “El Gallo”, que tomaba la alternativa, oreja y silencio.