David Salvador, oreja de peso en Sevilla

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TEXTO: PABLO LÓPEZ / FOTOS: SARA DE LA FUENTE

La primera novillada picada de su abono acogía este domingo 6 de mayo la Real Maestranza de Caballería de Sevilla. En el cartel, Toñete, David Salvador y El Adoureño haciendo el paseíllo frente a un encierro con el hierro de Rocío de la Cámara-Cortijo de la Sierra.

Abrió plaza un novillo de Rocío de la Cámara que ya desde salida evidenció que no iba a tener lleno el depósito de la casta. Desigual fue el recibo a la verónica, eso sí, abrochada con una media con sabor. Porfió el navarro en un trasteo largo con fases de toreo templado. Se movió el animal en las primeras series, pero al perder la inercia acabó acortando el viaje. Se gustó por el derecho, en muletazos limpios y con buen aire. El animal, desigual en su embestida no dejó que el trasteo tuviera la continuidad deseada. Por el izquierdo su viaje fue aún más corto. Sobrevino la voltereta, afortunadamente sin consecuencias. Mató de buena estocada y saludó desde el tercio tras una faena voluntariosa ante un animal con cierta nobleza pero al que le faltó entrega.

El segundo de la tarde fue un novillo más en tipo de la casa, bajo, fino de cabos y con peso de novillo. Tuvo movilidad pero le faltó ese temple necesario para que Salvador se acoplara del todo. Siempre sueltecito y con cierta querencia de manso fue el comportamiento del utrero en los primeros tercios. Novillo que fue agarrando celo y fijeza con el paso de los minutos. Acertó a darle distancias en la faena de muleta. Se vino de largo siempre el novillo, exigiendo una muleta suave pero a la vez poderosa. Le costó acoplarse en los inicios por ese pitón a un novillero que quizás peco de cierta velocidad en esos muletazos. Por el izquierdo tuvo mayor suavidad el animal, y ahí sí le tomó mejor el pulso. Naturales con temple y la virtud de saber jugar con las distancias y las querencias. Pese a torear poco se vieron cosas en un novillero de valor seco y con un fondo interesante. Tras una voltereta y una buena estocada le fue concedida la oreja del buen ejemplar de Rocío de la Cámara.

Se unieron varios factores para que la faens del Adoureño no tomara el vuelo deseado por todos. Primero la justeza de fuerzas del animal, segundo la complejidad de cuajar a un toro de una gran clase y tercero el molesto aire que se levantó en la faena de muleta. Vimos en este tercero el toreo de mayor despaciosidad de lo que llevábamos de tarde. Su toreo a la verónica, tan reposado como toreo caló en el respetable. El posterior quite de Toñete también tuvo la premisa del temple. Inició por cambiados por la espalda ante un toro con una suavidad excelsa pero una merma evidente de fuerza. Lo entendió el francés en unas primeras series de toreo cadencioso, le corrió la mano con despaciosidad para regalarle a Sevilla momentos intensos, pero la balanza cayó del lado de la fuerza, de ahí que de la tercera tanda en adelante los pases de sucedieran de uno en uno. Bajó el calado de la misma, y tras atascarse con los aceros fue finalmente silenciado. Saludó Javier Cerrato tras un gran tercio de banderillas.

Tuvo tambien virtudes este cuarto de la tarde. Un novillo que ya de salida se desplazó con cierta suavidad, lo que propició que Toñete dejara varios buenos lances a la verónica. Tuvo nobleza y cierta clase el de Rocío de la Cámara, pero al igual que sus hermanos, estuvo medido de fuerzas. Entendió el novillero al utrero en una labor con pasajes interesantes. Dibujó buenos derechazos, siempre muy a favor del toro y componiendo bien la figura. El animal tuvo cierto son, dejando al novillero realizar una faena interesante. Los pases de pitón a rabo se cantaron desde el tendido. Por el izquierdo el animal no permitió el toreo profundo y ligado. La espada dejó todo en saludos desde el tercio.

Otro novillo con opciones salió en quinto lugar. Siempre con ese puntito de querer irse pero con buen aire en la muleta de un David Salvador firme pero al que le faltó mayor poso en la primera parte de la faena. Ese poso que si le puso a unos naturales largos y con mucha expresión de mitad de trasteo hacia adelante. Dejó volar su muleta en naturales profundos y muy toreros, siempre intentando llevarse al animal tras la cadera. Se fue tras los vuelos el mansito de Rocío de la Cámara en dos series más que interesantes, siempre buscando los vuelos por abajo. Un novillo que pese a no ser de nota si le regaló embestidas para triunfar si eras capaz de acoplarte y potenciar sus virtudes. Pero se rajó y con ello las opciones de seguir paladeando el toreo. Salvador es un novillero que necesita enfibrarse para llegar al respetable, y así lo hizo en unos naturales con sello de autor. Se le pidió la oreja, teniendo que conformarse con la vuelta al ruedo.

Cerró plaza un animal de Rocío de la Cámara con nobleza pero muy agarradito al piso. El novillero francés volvió a estar dispuesto, no quiso dejar pasar la oportunidad de dar un toque de atención en una plaza de gran importancia. Su faena nunca tomó vuelo, dejó pasajes de buen toreo, pero este no tuvo mayor relevancia de cara a los tendidos. El novillo tuvo sus teclas, pedía la media distancia y perderele un pasito de muletazo a muletazo. Tras pasaportar al animal fue silenciado.

FICHA DEL FESTEJO

Plaza de toros de la Real Maestranza de Caballería de Sevilla. Novillada de abono. Media entrada.

Novillos de Rocío de la Cámara y Cortijo de la Sierra.

Toñete, ovación y ovación.

David Salvador, oreja y vuelta.

El Adoureño, silencio y silencio. 

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